Alerta nuclear
A 25 años del desastre nuclear de Chernobyl, y viendo los hechos que están teniendo lugar en Japón, pienso que no hemos aprendido nada en todo este tiempo sobre la amenaza constante que es para todos la producción de energía nuclear…y pensar que estuve a punto de convencerme de que realmente era una energía limpia y respetuosa con el medio ambiente…me da escalofríos!
En 1954 se instaló el primer reactor nuclear en la URSS, y en 1956, el segundo en el Reino Unido. Desde entonces, el número de reactores (centrales) nucleares se ha incrementado sin parar, pese a los muchísimos accidentes que ha habido, todos ellos rodeados de una desinformación y un secretismo de lo más oscuro.
Hoy en día, Francia es el país más nuclearizado, y además de ser el mayor en número de centrales, también lo es en depósitos de almacenamiento de residuos y plantas de reutilización…y lo tenemos bien cerca…aunque esto nada tiene que ver, pues ya se ha constatado que la nube radioactiva de Chernobyl, llegó prácticamente hasta los Pirineos y las islas Británicas, y que la radiación se traslada de una parte a otra de formas insospechadas.
Accidentes
En algo más de 40 años, se han producido más de 40 accidentes graves, 9 de ellos de carácter extremo. En 1957 se produjo el primer accidente grave en Rusia, y el mismo año, hubo también un grave incendio en una central británica. En 1961, se produjeron las primeras muertes en centrales nucleares, con la explosión de un reactor en una central de Idaho. En 1969, unas pruebas técnicas en Francia se “desmadran” y producen una nube de contaminación, y en 1979, se produce una de las mayores catástrofes anteriores a Chernobyl; se funde un núcleo de reactor en Pensilvania, a causa de la rotura de una bomba de agua que es incapaz de refrigerarlo. En 1986, se produce el mayor desastre nuclear de la historia, en Chernobyl, el cual tiene posibilidades de repetirse si no se le renueva pronto la cubierta de acero que se le puso al reactor para recubrirlo, y en 2007, un precedente al actual desastre de Fukushima, tuvo lugar en la central japonesa más grande del mundo, con 7 reactores, también del grupo Tepco, y también originada por un fuerte terremoto.
La fusión nuclear es el peor accidente que puede ocurrir en una central, el mismo que ocurrió en Chernobyl en 1986. Las fugas de agua y los fallos en los sistemas de enfriamiento, hacen que la temperatura de los núcleos aumente y se produzca la fusión de éste. Esto hace aumentar la presión en los edificios de contención (esas cúpulas de hormigón que todos conocemos), y si excede de 5bares, la estructura se rompe y se liberan todos los agentes radioactivos.
La fisión nuclear del uranio, genera yodo, cesio, estroncio y plutonio, y en un accidente nuclear, estos elementos escapan junto con el vapor de agua y los gases. Los edificios de contención no son herméticos al cien por cien, están construidos con hormigón, que permite la filtración de yodo de forma invisible.. En Chernobyl, por ejemplo, hubo una filtración prolongada durante días, un géyser invisible, que contaminó cientos de kilómetros cuadrados.
Si se prevé que una central nuclear va a sufrir una fusión del núcleo, se puede extraer el agua que contiene las barras de uranio de las cubetas de los reactores con un filtro de arena, de forma controlada, pero esto no evita que se produzca más tarde una liberación de precipitación radioactiva al medio ambiente, aunque sea en menor grado que con una explosión de ráfaga radioactiva.
Amenaza constante
Los accidentes nucleares son una amenaza constante en las zonas cercanas a las centrales, pero también para lugares más alejados. El viento, la lluvia, los ríos…pueden transportar la precipitación radioactiva a kilómetros del lugar. Todas las centrales tienen protocolos de emergencia, y realizan multitud de simulacros de seguridad, idean planes internos de emergencias, fundan comités de protección pública, pero los hechos han demostrado que no siempre son válidos a la hora de un desastre nuclear.
En 1979, Francia construyó un reactor a pequeña escala, para efectuar pruebas de seguridad que se realizaron hasta 2004. Cada prueba tenía un coste de 50 millones de €, sufragados con fondos internacionales. En estas pruebas, se vio claramente lo que sucede cuando se produce la fusión de un reactor, en esas imágenes del interior del reactor con luz azulada, que más o menos todos hemos visto alguna vez, y que es debida a que los átomos se mueven a una velocidad mayor que la de la luz! La “fundición” o fusión del reactor, produce una especie de lava espesa, llamada corio, que es altamente corrosiva, radioactiva, y es capaz de atravesar el acero y el cemento.
La clave es reaccionar rápidamente, organizadamente y si es posible, previamente. Vivir siempre en una especie de alerta constante, y esto no es posible, ni sano.
Tierras de nadie
Con cada emisión de radioisótopos, aumentan los riesgos de enfermedades, malformaciones, y lugares deshabitados, que se convierten en tierras de nadie y ciudades fantasmas. Las políticas de silencio y secretismo han acompañado siempre al tema nuclear y su seguridad. Nadie imaginaba que algunos elementos, como por ejemplo el cesio, permanecen radiactivos más de 30 años; son absorbidos por las raíces de las plantas, y de ahí pasan a los cereales, los animales, la leche, la carne, el pescado…nadie sabia que la precipitación radioactiva se fijaba en la ropa, el cabello, la piel…
¿Qué pasará cuando todo el planeta esté plagado de zonas “muertas” debidas a estos accidentes? ¿habrá suficiente espacio “no contaminado” para todos? Y lo que es peor ¿nos mataremos unos a otros por ese pequeño espacio libre de radioactividad?
Pocos cambios
El único y pequeño cambio que ha sucedido es un tímido giro en la mentalidad de algunas personas tras los desastres conocidos; por fin parece que se contempla la posibilidad de accidentes nucleares, si no, ¿para qué tanta seguridad en las centrales?
Estadísticamente, se dice que 8 de cada 10 problemas en las centrales son de factor humano…¿y los otros 2? ¿o es que acaso no fuimos los humanos los que las construimos e ideamos?
El tema de la desinformación y la ocultación sigue rodeando siempre a los accidentes nucleares, ahora también incrementado al conocer un poco mejor las consecuencias de la radioactividad, así se evitan posibles boicots y bloqueos a la importación de productos procedentes de un lugar contaminado.
Europa, EEUU, Rusia y Japón son los principales “fabricantes” de centrales nucleares. Sus empresas compiten por la creación de centrales en todos los continentes. Se escudan en el empujón económico, y en lo que ellos llaman III revolución energética. Por supuesto, ahí también están en juego cuestiones diplomáticas, políticas, y cómo no, de mercado. Se estima en 4.000 millones de € la construcción de una central moderna!!
Aún así, las centrales no darían abasto a toda la demanda energética mundial…más de 2000 millones de personas no tienen electricidad.
Desechos
Muchas centrales almacenan ellas mismas los desechos de la fisión nuclear, aunque llegará (está llegando) un momento en que, físicamente, les será imposible seguir almacenando, por falta de espacio y deterioro de los edificios. Nadie sabe lo que ocurrirá entonces con todo eso. Se está estudiando la posibilidad de enterrarlos en fosas a 600 metros de profundidad, así se traslada el problema a generaciones futuras…y punto pelota. También hay depósitos, como el de La Hague, en Francia, que viven de almacenar desechos de centrales de todo el mundo, aunque sean verdaderos polvorines, y en un futuro, los almacenes deban ser enterrados bajo toneladas de hormigón durante miles de años. Igual que los egipcios nos dejaron las pirámides, nosotros legaremos a nuestros descendientes, toneladas de material radiactivo…Sí que hemos avanzado, ¿no?
Reprocesado
Otra posibilidad es el reprocesado de los desechos de la fisión nuclear. Esta solución ha sido elegida por Francia, que también es uno de los principales generadores de desechos. La empresa Areva se encarga de todo ello.
También situada en La Hague, esta empresa procesa desechos nucleares de todo el mundo, pero lo más sorprendente, es que los productos resultantes de la reutilización, o “reciclado”, sólo son almacenados, no utilizados, porque aún no se sabe cómo hacerlo.
Así, un 95% del material extraído es uranio empobrecido, un 4% lo constituyen otros materiales inservibles, y un 1% es plutonio.
Según Areva, un gramo de plutonio es equivalente a una tonelada de petróleo (aunque se les olvida que el petróleo, al menos, es utilizable). Todo el plutonio extraído, es almacenado hasta que algún día exista la tecnología adecuada para montar centrales nucleares que lo puedan utilizar, pues el uranio se agotará en unos 200 años…
El plutonio es una materia que ya no existe en la naturaleza. Fue generado hace millones de años por una súpernova, y a los 24.000 años perdió su vida útil (los mismos que necesita una zona radioactivamente contaminada para descontaminarse). Por tanto, lo que se está haciendo, es generar plutonio de forma artificial, un producto altamente letal (!!). Todo esto, sabiendo que la millonésima parte de un gramo de plutonio mata a una persona, y que en los almacenes de La Hague, hay ya unas 250 toneladas acumuladas. Y lo peor, es que la zona está prácticamente sin vigilancia. Hace unos años, una avioneta sobrevoló la zona, y no la detectó ni una sola alarma…¿no es tremendo??
Para evitar un suicidio colectivo, es necesario dejar de promover la energía nuclear…y más cuando tenemos al alcance otras que no nos matan. Pero hagámoslo ahora que aún queda algo de planeta sin contaminar (al menos eso parece). Muchas veces lo pienso…¿estamos idiotas o qué nos pasa?